La abdicación de la reina Margarita II de Dinamarca tras ocupar el trono durante 52 años ha sorprendido este domingo a los daneses pocas horas antes de celebrar el Año Nuevo. La soberana, de 83 años, ha aprovechado el tradicional mensaje televisado de estas fechas para anunciar que deja la corona en manos de su primogénito, el príncipe Federico, de 55. La ceremonia está prevista para el próximo 14 de enero y el heredero ascenderá al trono como Federico X. En estos momentos, Margarita es la única monarca europea desde el fallecimiento de Isabel II del Reino Unido en septiembre de 2022. Aunque entre los herederos de otras casas reales hay cinco princesas destinadas a subir al trono, entre ellas, Leonor , princesa de Asturias.
Abdicar no es un ejercicio frecuente en las casas reales europeas ―solo la dinastía Orange, en Países Bajos, tiene a gala hacerlo de manera natural― y Margarita II había repetido hasta ahora en público que reinar era “un deber de por vida”. La monarca pensaba honrar ese compromiso, pero ahora ha reconocido que el tiempo pasa para todos, “también” para ella “y deja huella”. “Él decidió que ahora es el momento adecuado. El 14 de enero de 2024, 52 años después de suceder a mi amado padre, dejaré de ser la reina de Dinamarca”, ha dicho, para después agradecer el apoyo recibido a lo largo de estas décadas, “que ha sido decisivo para poder llevar a cabo esta tarea”.
La soberana ha explicado a sus compatriotas que la operación de espalda a la que se sometió el pasado febrero le hizo pensar en el futuro. Se preguntó “si no había llegado el momento de dejar la responsabilidad en manos de la siguiente generación”. Cuando Federico X sea rey, su hijo mayor, Christian, que acaba de cumplir la mayoría de edad, pasará a ser el primero en la línea de sucesión. De este modo, la corona está asegurada, “después de una vida de dedicación y de trabajo (de Margarita II) incansable por Dinamarca”, en palabras de la primera ministra danesa, Mette Frederiksen. Al anunciar su abdicación, la soberana ha pedido a los ciudadanos “la misma confianza y afecto” recibida por ella, “para el futuro soberano y su esposa”, la princesa Mary, de origen australiano.
La última renuncia de una monarca danés se remonta a 1523, con el rey Christian II, según ha registrado el historiador Lars Hovbakke Sørensen al rotativo Ekstra Bladet. De ahí que no se pueda acudir a la tradición y haga falta diseñar una ceremonia especial de sucesión. “Apuesto a que se elegirá un modelo similar al holandés o bien belga”, ha dicho otro historiador, Sebastian Oden-Jørgensen, al mismo medio.
Margarita de Dinamarca es una reina popular entre sus compatriotas, y un sondeo publicado este pasado 18 de diciembre por el canal danés TV2 la situaba como la preferida de la familia real para los daneses, con un 38%. El príncipe Federico apareció en segundo lugar, con un 29%, y su esposa, la princesa Mary, en tercero, con un 15%. De todos modos, la misma encuesta indicaba que un 77% de los participantes (1.015 personas) creían que Federico estaba preparado para reinar.
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Estos resultados se aligeraron en parte la polémica desatada en Dinamarca después de que el príncipe fuese fotografiado en noviembre pasado en España con Genoveva Casanova, exesposa de Cayetano Martínez de Irujo, uno de los hijos de la fallecida duquesa de Alba. La Casa Real danesa optó por no hacer comentarios al respecto y, a pesar de que las críticas contra el príncipe Federico proliferaron en las redes sociales, el sondeo muestra que salió en gran parte airoso. Ello se debe a la gran popularidad acumulada en años recientes, “aunque lo sucedido haya sido muy doloroso para la Casa Real y para él”, según ha declarado Thomas Larsen, comentarista de la realeza, a TV2.
Para llegar al trono, Margarita Alejandrina Thorhildur Ingrid, su nombre completo, necesitó que el país celebrara un referéndum y aprobara una enmienda constitucional que la convirtiera en heredera de Federico IX. Tiene dos hermanas, Benedicta y Ana María, esta última casada con el fallecido Constantino de Grecia, que era hermano de la reina Sofía de España. Federico IX, al no tener hijos varones, batalló durante seis años para que su primogénita pudiese reinar.
Margarita II se casó con el diplomático francés Enrique de Laborde de Montpezat, con quien tuvo a sus dos hijos, Federico y Joaquín. Como príncipe, Enrique no se sintió feliz en su papel. Prefería el título de rey consorte, algo que nunca logró, y pasaba largas temporadas en sus propiedades del sur de Francia. La reina, que había peleado por casarse con él ―era hijo de condes, pero no de sangre real―, reconoció emocionada que había querido mucho a su esposo. “Fue un amor realmente apasionado por ambas partes”, dijo en 2018, cuando él falleció.
Con la misma sinceridad, reconoció en 2019 que le parecía “maravilloso que las madres y abuelas abrazan mucho a los niños” y admitía: “Yo no soy tan buena en eso”. Esa actitud le ha valido ser apreciada entre sus compatriotas por su franqueza. También cuando ha reconocido que lo que le gusta de verdad son la ilustración y las manualidades. Educada en las universidades de Aarhus (Dinamarca), Cambridge (Reino Unido), donde también estudió a la London School of Economics, y la Sorbona (Francia), Margarita II estudió Ciencias Políticas, Economía y Arqueología. Pero la soberana ha destacado también por sus inquietudes artísticas y creativas. Ha escrito relatos y ha traducido e ilustrado, entre otros, la versión danesa de El señor de los anillos, de JRR Tolkien. También le gusta bordar y diseñar el vestuario del ballet. El Cascanuecesen 2017, y Los cisnes salvajesen 2009, además de idear la escenografía y el vestuario para una película de la plataforma Netflix.
El año pasado, protagonizó un doloroso desencuentro con su segundo hijo, el príncipe Joaquín, cuando decidió retirar el título de príncipes a los cuatro hijos de este. Aunque todos mantienen su puesto en la línea sucesoria, Nicolás (de 24 años), Félix (21), Henrik (14) y Athena (11), podrían “moldear sus vidas sin versos limitados por las especiales consideraciones y obligaciones derivadas de la afiliación formal a la Casa Real”, indicó entonces la reina. El príncipe Joaquín contestó que su familia estaba “muy triste” y que sus hijos se sentían “maltratados”. Su regia madre acabó disculpándose. “He tomado mi decisión como reina, madre y abuela, pero como madre y abuela he subestimado lo mucho que mi hijo menor y su familia se sienten afectados”, admitió en un comunicado.
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